Es por ello que es un buen momento para pararnos y reflexionar.
Echamos la vista atrás y valoramos todos los momentos positivos como negativos e intentamos aprender de todo ello.
Nosotros mejor que nadie sabemos en qué somos buenos y en qué debemos mejorar. Es por ello que nos detenemos en felicitarnos y en agradecernos a nosotros mismos nuestros logros. De igual forma retomamos aquellos aspectos negativos como retos, como situaciones para aprender y mejorar.
Cada alumno y alumna expondrá su reto que se expondrá partiendo de un lenguaje positivo:
- No pegar a mi hermano --------------- Intentar dialogar con mi hermano.
- No suspender --------------------------- Estudiar y organizar el trabajo de clase
- No hablar en clase --------------------- Prestar más atención en clase
- No pelearme ---------------------------- Buscar acuerdos y dialogar
- No olvidar el material en casa -------- Organizar con mi mochila antes de salir.
- No escribir feo -------------------------- Escribir con cuidado y con claridad.
Todos hemos escrito y verbalizado nuestros retos. Colgaremos estos pequeños carteles en nuestro escritorio, cama, mesa... Cualquier sitio que nos ayude a recordar aquello que nos hemos propuesto.
En junio revisaremos nuestros retos para comprobar si los hemos conseguido, debemos insistir en ellos o simplemente cambiarlos por otros.